sábado, 23 de noviembre de 2013

Diferenciarse...o morir

En este post me gustaría compartir con vosotros una pequeña historia que me contaron en uno de esos seminarios al que todos hemos asistido alguna vez. Está relacionado con el ambiente "híper" competitivo que vivimos actualmente.
“En una ciudad había tres talleres uno al lado del otro. Estos tres talleres tenían el mismo aspecto, realizaban el mismo tipo de trabajos, utilizaban las mismas marcas de recambios y sus técnicos el mismo grado de profesionalidad. No existía ninguna diferencia entre ellos.
Pero un día, uno de ellos coloco un cartel que ponía “BARATO”.
El negocio empezó a marchar mucho mejor para aquel taller y, al mismo tiempo, peor para los otros dos. El propietario de uno de estos dos pensó que había que hacer algo para recuperar sus ventas, pero no deseaba vender barato (y por lo tanto igual que el primero). Por ello, decidió colocar un cartel que decía “MEJOR”.
El negocio fue equilibrándose entre los dos comercios pero el tercero tenía grandes problemas. No sabía que hacer. Los días pasaban y perdió muchos clientes y muchas noches de sueño. Un día hablo con un pariente sobre su problema, explicándole la situación. El pariente era un especialista en ventas y, después de pensar durante un rato, le sugirió la idea de colgar un cartel que ponía “ENTRADA”.
¿Qué podemos aprender de esta historia? Para empezar, todos los servicios eran iguales. Se vendían al mismo precio, los mismos servicios y los talleres estaban en el mismo lugar (lindando unos con otros). Pudiéramos decir que no existían diferencias, aunque si existía una cierta competencia. Cuando uno de ellos se“movió” esta competencia se endureció ¿Qué hizo el taller nº1 para eso? Se diferenció de los demás. La diferenciación significa ser, hacer o tener en nuestro negocio algo distinto de los demás. Otro punto que debemos de tener en cuenta del primer taller es que se auto-posicionó como barato.
El segundo taller no deseaba posicionarse como barato, pero debía diferenciarse del otro, de forma que su propietario clasifico su negocio como mejor.
El tercer taller fue más listo porque su dueño contemplo su negocio desde el punto de vista del cliente, desde el exterior hacia dentro.
Si asumimos que no existen diferencias entre los productos y servicios, la competencia estará limitada a precios competitivos (ser más barato). Esta es una estrategia pobre y peligrosa.
Debemos de diferenciarnos de nuestros competidores, pero debemos hacerlo con un valor añadido (horarios de apertura, servicio al cliente, trato personalizado, calidad, etc.). Tenemos que darle al cliente algo más de lo que espera, así conseguiremos clientes satisfechos.
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sábado, 9 de noviembre de 2013

Coches híbridos ¿Éxito o fracaso?

coches hibridosActualmente un coche híbrido es la mejor alternativa para tener un vehículo ecológico con las prestaciones que los coches eléctricos todavía no nos pueden ofrecer.
¿Qué son los coches híbridos?
Un “híbrido” es un automóvil que combina un motor eléctrico y un motor de combustión. Uno de los dos se utiliza como fuente principal y el otro se utiliza de apoyo; también puede ser que se utilice cada una de las fuentes energéticas de forma independiente según la situación. De esta manera se disminuye las emisiones de CO2  a la atmósfera y permite mantener un buen rendimiento del vehículo.

¿Por qué comprar uno?
No debemos olvidarnos que los coches híbridos permiten un nivel de prestaciones similar al de un vehículo convencional pero con un menor gasto de combustible y menos emisiones a la atmósfera por lo que ahorraremos dinero en gasolina. Las prestaciones también serán mayores o menores en función de si es un coche híbrido de gama alta, media o baja.
Es interesante la posibilidad de usarlos en modo solo eléctrico, con lo que en recorridos cortos ahorraremos y a la vez evitaremos el desgaste del motor normal que se produce cuando está frío.  Además, el motor del coche híbrido es mucho más silencioso que el convencional.
Disponer de una instalación eléctrica más potente que la de un coche normal tiene muchos beneficios, como evitar que el vehículo se quede sin batería si nos dejamos algo encendido, o poder usar el aire acondicionado sin tener que arrancar el motor de gasolina.
¿Por qué no comprarlo?
Tradicionalmente, los vehículos híbridos tienen un precio más elevado. Esto se debe a que el proceso de producción y la utilización de piezas y tecnología para equipar un vehículo híbrido son muy caros. Si esta diferencia es muy elevada, en algunos casos, jamás compensaría el ahorro en gasolina que tendríamos a largo plazo. Además, al utilizar piezas y tecnología más avanzada las reparaciones y revisiones serán más cara que las de un coche tradicional.
Las baterías, a pesar de que pruebas sobre la durabilidad en la mayoría de los coches híbridos han superado la década, todavía son una tecnología que está en pleno proceso de evolución, mejora y desarrollo. Igualmente, el coche híbrido pesa más que uno convencional debido al motor eléctrico y las baterías, por lo que pese a ser más eficiente en el uso de la energía también gasta más por el peso extra.
Por último y teniendo en cuenta que una de la principales razones a la hora de comprar este tipo de coches es el beneficio al medio ambiente es importante decir que las baterías que usan son tóxicas.
¿Son rentables?
Un estudio de Consumer Report, la famosa revista americana sobre hábitos de consumo,  nos dice que dos de cada tres americanos que compraron un híbrido no repiten en su elección al adquirir un nuevo vehículo. Sólo el 35 %  de los conductores de un híbrido durante 2011 repitieron en la compra.
Una de las claves para determinar la rentabilidad radica en el uso que le demos. Se considera que los híbridos comienzan a ser rentables cuando se realizan 7.500 kilómetros al año en ciudad.  En carretera, autopista o autovía la cifra se eleva a 20.000 kilómetros anuales.
En conclusión, la decisión de comprar un modelo híbrido es algo muy personal aunque observado los datos quien haga muchos kilómetros al año ahorrará dinero, y el ahorro será progresivo cuantos más kilómetros haga.



Fuente: cmsseguros 11 octubre 2013


jueves, 31 de octubre de 2013

¿Porque nos ocultamos para reparar?

Lo siento, no puede pasar….


Esto es lo que oye más de un cliente en nuestros talleres hoy en día. Cuando llega a nuestras instalaciones y después de ser recepcionado el vehículo desaparece detrás de una puerta o una barrera, o también cuando el cliente vuelve al taller y ve su coche aparcado en  una zona del taller e intenta acercarse a él y siempre hay alguien, que con más o menos educación le prohíbe la entrada; ¡Oiga no puede pasar! Es el efecto de “lado oscuro”. El vehículo  es conducido por alguien de la empresa hacia el taller y automáticamente se cierra una gran puerta en las narices de cliente.

¿Esto es bueno? ¿Es conveniente no dejar ver lo que hay o lo que se hace en el taller?
Cuando conseguimos tener un taller de cierto número de metros que nos lo permita lo primero es cerrar el taller, separar, que el cliente se quede fuera, que no lo vea. ¿Por qué?

Le montamos una sala de espera y lo enviamos, a la mínima ocasión hacia allí, eso sí le ponemos televisión, prensa, café, internet, caramelos, un  buzón de sugerencias para mejorar, etc…..pero que el taller no lo vea.
Luchamos para que todo el equipo trabaje orientado hacia el cliente, con transparencia: Presupuestos previos, tarifas prefijadas con precios cerrados, explicación de la factura al detalle, seguimiento posterior, etc., y luego nos escondemos para realizarle el trabajo. ¿Tenemos algo que ocultar?

Cada día se nos exige, con más razón, los talleres más limpios, mejor organizados (cada cosa en su sitio), suelos más brillantes (incluso puedes patinar o verte la cara en ellos), etc. ¿para qué? Para que lo vea el delegado de la marca cuando nos visite, para que nuestro gerente se pavonee con sus visitas, para las auditorias, para hacerle fotos..….porque lo que es para el cliente nada de nada, que ni lo vea.

 Considero que esa es una desventaja que tienen los talleres con instalaciones de ciertos metros en adelante respecto a los de instalaciones más limitadas. Ahí el cliente entra directamente al taller…cuando llega ya está en el taller y puede acceder a su coche si quiere, nadie le dice que no se acerque, eso sí es transparencia. Se lo que estáis pensando que  también tiene otros inconvenientes, por ejemplo al no tener una sala de espera  el cliente o está de pie dando vueltas por el taller, por la puerta o se va a su casa.

Estoy totalmente de acuerdo que por razones de seguridad el cliente no debe de estar en el taller, y tampoco al lado del técnico mientras lo repara, pero… ¿es necesario cerrarlo a cal y canto para que no se nos vea trabajar?


Y si diseñamos una sala de espera, por ejemplo, con vistas al taller. El cliente puede observar el taller y su coche mientras lo reparan sin necesidad de estar dentro del taller…eso sí que sería “trabajar con transparencia”  ¿no os parece?

A mí me gustaría un taller con sus paredes de cristal y que se pudiera observar por todos sus lados… sería lo ideal y para el cliente demostraría  que no tenemos  nada que ocultar y nos daría más credibilidad en las reparaciones, que pienso, sobre todo en instalaciones grandes, hace mucha falta.